San Cristóbal, República Dominicana.- La rapidez y la modernidad ha provocado un cambio de vida de las familias dominicanas en lo referente a la tradición de realizarle un novenario a los familiares fallecidos.
Esta tradición, que en nuestro caso data de la evangelización del nuevo mundo y la llegada de lo españoles a América, ha ido perdiendo terreno y en la mayoría de los casos, solo se realizan unas cuantas novenas de tal manera que se pueda a llegar al domingo y sábado siguiente para hacerle el último rezo.
Para el sociólogo Esteban Rosario, esa situación está planteada por la necesidad de consumo que ha asumido la gran mayoría de las familias dominicanas, lo que la ha llevado a dedicar gran parte de los días de la semana a realizar actividades productivas.
Entiende el analista social, que las mismas empresas tienen restricciones para dales días a los trabajadores a los que se les ha muerto una persona allegada o querida.
En esta tesitura, se tiene anécdotas curiosa de trabajadores que se han visto en la necesidad de dar por muerto a un familiar mas cercano para obtener un par de días he ir a los rezos de un tío querido para los que las empresas no dan ni una hora.
Otra dificultad que ha provocado esta situación es que las diferentes iglesias no dan abasto para suplir los rezos que se realizan los domingos o días feriados, en virtud a que casi todos son realizados los domingos.
Se da el caso, en que en muchas comarcas del país se realizan hasta tres rezos al mismo tiempo, situación que favorece a los del pueblo que aprovechan la oportunidad para cumplir con todos los amigos y familiares de esa misma zona.
Sobre la dificultad, la coordinadora de la Iglesia católica de la parroquia de Canastita Merkida Guzmán indica, que los grupos coordinadores de la Iglesia católica de la pastoral de los difuntos tienen muchas dificultades debido a esta situación.
Señala, que no obstante ser un grupo muy numeroso, a veces tiene hasta tres y cuatro rezos al mismo tiempo.Domingo Uribe.
