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| Reformatorio San Cristóbal RD |
En momentos en que más menores de edad se ven envueltos en acciones reñidas con la ley y que más falta hace la existencia de centros de rehabilitación para rectificar conductas de miembros de este segmento poblacional, el reformatorio para menores que opera en San Cristóbal languidece, agobiado por las precariedades económicas.
El modelo de rehabilitación con libertad que practican los sacerdotes Terciarios Capuchinos que dirigen este centro, que ha sido exitoso durante 56 años, de pronto se ve amenazado por insuficiencias materiales.
Las limitaciones tienen su origen en la pobre subvención que recibe este centro, en el que más de 100 jóvenes y adolescentes con problemas de conducta son formados con un método basado en los valores humanos y la formación integral. Ahora, entre la pobreza financiera y la obsolescencia de las instalaciones, el centro parece vivir sus peores momentos, tal vez cuando más lo necesita la sociedad.
Es necesario aumentar la subvención que recibe del Estado este centro tan valioso, pues con la misma es imposible cubrir siquiera parte de sus gastos. La comunidad también debe tenderle su mano generosa. Son tiempos en que más jóvenes se ven acosados al abismo de las acciones antisociales y la existencia de centros como este reformatorio son una valiosa alternativa de rescate.
Un ejemplo digno de imitar
La lucha por lograr que el Estado invierta en educación un 4% del PIB ha dado buenos frutos. La Coalición Educación Digna logró concitar una de las mayores demostraciones de respaldo social para un movimiento de este tipo y consiguió comprometer en favor de esa causa a la clase política, a través de los candidatos presidenciales. Por esos méritos, el movimiento ha sido reconocido por el Diálogo Interamericano como ganador del “Premio al Compromiso Cívico”, que fue entregado a sus integrantes este jueves en la sede de la OEA.
Educación Digna debe ser el ejemplo a seguir. El compromiso cívico valedero es aquel que persigue el beneficio común sin afán de lucro particular o de grupo. El país, para lograr que le sea pagada parte de la gran deuda social acumulada, necesita imitar el tesonero compromiso cívico de este grupo identificado con una causa tan noble como la de procurar mejor educación.