San Cristóbal, República Dominicana.- La totalidad de las empresas dejadas por la dictadura encabezada por Rafael Leonidas Trujillo Molina en la provincia de San Cristóbal fueron quebradas por la democracia en menos de 40 años de dominio.
Esta `provincia, fue considerada hasta finales de la década de los 80 y principio de los 90 como la mas industrializada del país incluyendo a Santo Domingo y Santiago, no solo por la cantidad de industria que poseía, sino también por la calidad de la misma.
Desde la fabricación y producción de vidrio, como empresa monopolio hasta la producción de armas de fuego de alta calidad, y poseer el ingenio azucarero mas grande de la región del caribe así como de los puertos mas importantes de la República Dominicana y del caribe también.
San Cristóbal contaba, hasta la década de los 90 con dos de los ingenios azucareros mas grande de la Republica Dominicana que en su conjunto alcanzaban moliendas superiores al 50 % de la producción nacional de azúcar y hacían de la republica Dominicana el segundo país, después de cuba,en exportación de azúcar.
Contaba también con el parque energético más importante del país en donde se producía casi la totalidad de la energía que se consumía en toda la nación dominicana.
De una fuerza laboral, que superaba los 50 mil empleos directo a la salida del dictador, en la actualidad, ese potencial se reduce a menos de una docena de empleados que actualmente laboran en la Armería de San Cristóbal haciendo mueblecitos para escuelas y centros de salud.
El gobierno ,mediante una ley de capitalización vendió todo lo que poseía San Cristóbal, y de ese toral crearon un parque industrial en la desaparecida Industria Nacional del Vidrio ,que en la actualidad ha creado cerca de 20 malos empleos.
Esa extraordinaria capacidad industrial y de creación de empleos ,fue diezmada en varias décadas por la democracia y en la actualidad San Cristóbal se ha convertido en una provincia de desempleados y de malandros , fruto de la gran criminalidad que prevalece provocada en parte por la falta de oportunidades.
Domingo Uribe.