Tras doce años de ejercicio de poder el Presidente Leonel Fernandez sale de la misma manera que entró hace 16 años: de la mano del reformísmo. Sin el 13% de los votos que le sumó el apoyo del presidente Balaguer en el 1996 y hoy sin el 12% de esos votos reformistas el PLD no nos hubiese gobernado nunca. Aun más Fernandez se va del Gobierno sin ni siquiera haber convertido su Partido en la principal fuerza política del país.
De acuerdo al Boletin 10 de la Junta Central Electoral de partido a partido el PRD obtuvo el 42% de los votos, (1,879,846) mientras que el PLD (1, 667,612 ) para un 37.7% o sea 194,146 votos menos que el PRD. Pero además Leonel y el PLD perdieron en 28 de las 31 provincias del país.
Pero más aun, Leonel sale del poder con una imagen cuestionada, deteriorada y estigmatizada como el gobernante que presidió el gobierno más corrupto de la historia. Nadie lo recordará por sus grandes obras de infraestructura, ni por el Metro, ni los elevados ni los túneles. Los pueblos ni la historia valoran eso.
Basta una muestra, los colonizadores españoles construyeron todo en nuestro territorio, la primera Catedral, el primer hospital, la primera universidad, el primer acueducto y los grandes palacios. Sin embargo sólo se le recuerda por el maltrato y exterminio de nuestros aborígenes. Asi ocurre con Trujillo, el ciclón San Zenón del 1930 destruyó la capital y el país.
Quien recuerda a Trujillo por haber construido el Palacio Nacional, del Congreso o de Justicia, o la Feria de la Paz, o las grandes autopistas, y escuelas y liceos del País? No son sus grandes obras de infraestructura, las que la gente valora, es la represión y los crímenes de la tiranía por lo que la historia y el pueblo dominicano lo juzga.
Así pasará con Leonel nadie recordará el Metro, ni los elevados. La historia y el pueblo lo recordará por haber sido pemisible con la corrupción, por haber dirigido desde el poder la más grande maquinaria corruptora de la historia en nuestro país, al punto de convertirla en una práctica corporativa y transnacional.
De manejar el erario público como un botin de guerra con patente de corso. De haber dirigido un gobierno que, más que gobernar para los demás, gobernaron para sí y de haber robado tanto que hasta la Voluntad Popular se la robaron!
